En Argentina, el 3 de mayo se festeja el Día de la Milanesa. ¿Cuál es la historia detrás de uno de los platos que más aman los argentinos? ¿Qué variante surgió con su arribo al país?
Su primera aparición habría sido en la edad media, en un menú del año 1134 en la región donde hoy se encuentra la ciudad de Milán. El plato se llamaba “lombolos cum panitio”, en referencia a la carne de lomo y el pan. Este texto sirvió como argumento a la ciudad italiana para declarar a la milanesa patrimonio milanés.
Con la inmigración italiana a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, la milanesa llegó a tierras argentinas. Conocida como “cotoletta a la messinese”, esta versión siciliana de la clásica milanesa se elaboraba con un corte grueso de bife de lomo (costeleta), pan rallado, huevo, ajo, perejil y queso.

La milanesa napolitana, ¿un invento argentino?
Si bien no puede adjudicarse el invento de la milanesa original, entre los argentinos y más precisamente los porteños circula la leyenda de que la versión napolitana fue creada en estas latitudes. La historia no oficial consigna que surgió en los años 50 en una fonda que estaba ubicada frente al estadio Luna Park de Buenos Aires, cuyo dueño se llamaba José Nápoli. Como tantas otras recetas de la historia de la gastronomía, un error o accidente habría originado la variante: al cocinero se le quemó una tanda de milanesas y, para disimular, las cubrió con salsa de tomate y queso mozzarella, como si se tratara de una pizza.
Para el periodista e investigador Daniel Balmaceda, la historia de Nápoli es un mito, ya que el lugar nunca existió. Pero en su libro La comida en la historia argentina sostiene que la costumbre de agregarle los ingredientes de la pizza sí es autóctona.
Las milanesas, esa pasión argentina
Donde sea que haya tenido su origen la milanesa, lo cierto el argentino se adueñó del plato y le agregó su impronta. Hasta le dio un nombre propio en el lunfardo porteño: milanga.
Y si bien los puristas preferirán siempre la versión más famosa hecha con carne de vaca, hoy existen numerosas formas de prepararla y servirla, frita o al horno, a caballo, para sumar o restar calorías, para vegetarianos o veganos (de berenjena, de soja), la popular suprema, a la suiza, a la Maryland y la lista continúa.
Guillermo Barona
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